El árbitro Luis Medina Cantalejo detuvo durante unos diez minutos el encuentro entre el Espanyol y el Barcelona, después de que varios aficionados espanyolistas rompiesen una valla y alguno saltase al terreno de juego, tras caerles varias bengalas lanzadas desde la zona de los seguidores barcelonistas. Pep Guardiola calificó de "lamentable" y "triste" el lanzamiento de bengalas por parte de los 'Boixos Nois' a aficionados blanquiazules. "Es de muy mala educación y espero que cosas así no vuelvan a suceder", comentó el entrenador barcelonista, quien ha exculpado a sus futbolista por ir, posteriormente, a celebrar los goles con ese grupo de seguidores violentos. "Ellos cuando juegan no saben lo que ha pasado. Si se hubieran dado cuenta, me imagino que no lo hubieran hecho", sentenció. Por su parte, Pedro Tomás, director general del Espanyol, afirma que es lamentable lo sucedido y que "fue un día triste y terrible" para su equipo.  En el plano deportivo,  un penalti transformado por Leo Messi en el minuto 102 decidió el derbi más caliente de los últimos años, un partido que los españolistas jugaron con diez desde el minuto 45. El entrenador del Espanyol, Bartolomé 'Tintín' Márquez, recordó que los azulgrana marcaron el 2-1 en una jugada que no fue penalti y que el empate se produjo en un rebote.