Los seguidores del Glasgow Rangers tomaron Barcelona antes, durante y después del partido que midió al equipo blaugrana con su club.
Se temía lo que pudiera pasar, pero al final reinó la calma. A pesar de la derrota, los cánticos no cesaron, quizá producto del alcohol consumido durante horas.
Tan sólo se registraron algunas peleas aisladas sin consecuencias. Eso sí, la Policía tuvo que intervenir en el desalojo de algunos bares ya que muchos aficionados se negaban a abandonarlos.