La Inteligencia Artificial el parte-aguas de la historia

  • hace 6 años
Aún siendo ya una realidad, el desarrollo de la Inteligencia artificial permite prever un gran giro en la historia humana. Pareciera que estamos presenciando los primeros grandes pasos públicos de una nueva era en la historia del planeta. Es una era que superará cuanto conocemos porque tiene en su haber una combinación donde el tiempo está totalmente medido en fracciones desquiciantes.

Veamos lo que ocurre, desde una perspectiva esquemática. La meta inicial de la los creadores de la IA era apoyar el esfuerzo de los hombres para desarrollar tareas que, como rezan algunos futuristas, se podían hacer en menos de 10 segundos. A medida que ese objetivo se cumplió al inicio de los años 90, lo relativo del tiempo se convirtió en un factor a considerar como totalmente manejable, al extremo que las medidas de tiempo para procesos complejos han dejado a la zaga al ser humano.

Hoy los segundos se fragmentan en cientos -cuando no miles- de fracciones. Se pueden integrar en fracción de segundos procesos de incorporación e interpretación de datos en escalas numéricas impensables hace un decenio. Y con ese desarrollo descomunal, ha surgido la idea de que la IA no tiene límites ni se subyugará a la voluntad y limitaciones humanas en un futuro no lejano.

Hoy en día y no por mucho tiempo, la ficción de la IA sigue dependiendo de la creatividad humana. A ésta se le exige cada vez mayor sofisticación para vincularse con la IA, por lo que el grupo con acceso a la tecnología madre de esta forma de inteligencia, es cada vez menor y cada vez más comprometido con darle forma a la nueva y quizá definitiva forma de revolución histórica.

Al desdoblar el tiempo y fraccionarlo en milésimas de segundo, la inteligencia humana ha abierto una puerta cuyo destino se desconoce hoy. Sabemos que se pueden programar las tareas a cargo de la IA, pero desconocemos que en ese proceso de pre condicionamiento llegará el momento en que se puedan sustituir los procesos creativos.

Ya lo dijo Stephen Hawking en una de sus últimas declaraciones antes de morir, una vez la IA sea creada, ella misma será capaz de autodiseñarse cambiando con ello toda la dinámica de la vida en el planeta.

Soy una persona que aprecia la tecnología y que se siente apasionadamente impactado por lo disruptivo de la IA tal y como se comienza vivir. Sin duda, me apoyo tanto como puedo en esta herramienta más he aprendido que lo verdaderamente importante ni tiene un ritmo ni una proyección de resultados programables, porque el factor emocional y la comunicación entre lo planeado y lo logrado define al ser humano. Es esa espontaneidad y el manejo de lo impredecible lo que hace del humano un ser, de momento, reemplazable.

Pensando en que la imperfección y taras humanas son las razones principales para la necesidad de evolución que tienen nuestras sociedades, se puede derivar a una idea: la humanidad se debate entre la comodidad del plan perfecto para todas las cosas, versus la capacidad de improvisación y variabil

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