Un mes antes del lanzamiento de Shadow of the Tomb Raider para PS4, Xbox One y PC os ofrecemos nuestras impresiones finales y gameplay exclusivo. En la próxima aventura de Lara Croft (que ha sido desarrollada por el estudio de Eidos Montreal en colaboración con Crystal Dynamics) asistiremos a la consagración definitiva de la joven arqueóloga como exploradora de tumbas. En este caso, Lara sigue la pista de la Trinidad, una misteriosa organización responsable de la desaparición de su padre, cuando se desatan los eventos que darán lugar al apocalipsis maya. 

El fin del mundo será un elemento estructural de Shadow of the Tomb Raider. A lo largo de la aventura nos encontraremos con una serie de catástrofes naturales (un tsunami, un terremoto, una tormenta y un volcán) que terminarán desembocando en un eclipse de sol de dos días, que según los mayas simboliza el fin del mundo. Lara tendrá que sobreponerse a todas estas calamidades y encontrar la Ciudad Perdida para aplacar la ira de los dioses antes de que sea demasiado tarde. 

Para ello cuenta con nuevas habilidades, que son fruto de su evolución desde Tomb Raider (el reboot de 2013) y Rise of the Tomb Raider. En esta ocasión, Lara debe fabricarse un machete y utilizarlo tanto para la exploración como para el combate (y para acceder a algunas cajas de suministros). Por supuesto, regresarán las acrobacias, los puzles y el combate, pero con mayor protagonismo de las fases de sigilo.

Como ya hemos podido experimentar, en los niveles que transcurren en la jungla de Perú, Lara puede mimetizarse con el barro, esconderse tras arbustos y enredaderas o sumergirse bajo el agua para rodear y eliminar a los hombres del Dr. Domínguez y la Trinidad. 

Otra de las cosas que Lara ha aprendido es la posibilidad de aprender "recetas" (esculpidas en la piedra en quechua) para elaborar pociones que nos permitan recuperar vida o alteren nuestras habilidades (como la percepción). Así las partes de "crafting" y recolección también tienen más peso... no se limitan a la creación de flechas de diferentes tipos para nuestro arco (silenciosas, de cuerda o de fuego).


El escenario selvático (todo un guiño al primer Tomb Raider de PSX, PC y Sega Saturn) también esconde nuevas maravillas y peligros. Hemos tenido ocasión de enfrentarnos con una de las criaturas más peligrosas del bosque, el jaguar. Este felino, que también era un dios para las culturas precolombinas, viene a ocupar el papel que en Rise of the Tomb Raider tenía el oso, y servirá como rito de iniciación para que Lara se convierta en una cazadora en lugar de la presa. 

En nuestro camino a la Ciudad Perdida también hemos visitado alguno de los campamentos del Amazonas. Son poblados en que podemos interactuar con decenas de NPC, y son mucho mayores que los de los dos juegos anteriores, de modo que no tenemos la sensación de que el avance sea