Guggenheim Bilbao muestra la delicada belleza de los textiles de Anni Albers

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Bilbao (España), 5 oct (EFE).- El Museo Guggenheim Bilbao acoge una exposición retrospectiva sobre siete décadas de carrera artística de la alemana Anni Albers, figura clave del arte textil del siglo XX, que muestra al espectador la delicada belleza y la originalidad de sus composiciones de carácter abstracto.
La exposición, titulada "Anni Albers: tocar la vista", reúne más de 180 obras textiles, dibujos y grabados de esta artista realizados a lo largo de sus 70 años de producción artística.
La muestra ha sido producida por el Guggenheim Bilbao en colaboración con la Fundación Josef y Anni Albers de Connecticut (Estados Unidos), y presenta obras nunca vistas anteriormente por el público, aportadas por la citada fundación y otras prestadas por relevantes museos de Estados Unidos.
Anni Albers (Berlín, 1899-Orange, Connecticut, 1994) inició su carrera artística en la institución artística de vanguardia Bauhaus de Weimar (Alemania) en 1922, donde fue una de sus figuras más destacadas.
Allí orientó sus inquietudes artísticas hacia el textil porque en la época que le tocó vivir era la mejor opción para las mujeres y porque limitaciones de salud le impidieron dedicarse a la pintura, explicó el director de su fundación, Nicholas Fox Weber.
Al cerrar el partido nazi la Bauhaus en 1933, Anni Albers y su marido, el pintor Josef Albers, se trasladaron a Estados Unidos.
Su arte estuvo inspirado por su admiración hacia la producción artística de las culturas precolombinas, aunque llevada al campo del arte moderno a través de dibujos geométricos, de carácter abstracto, y la utilización de combinaciones de tejidos, plástico y metal en muchos de sus diseños que dieron como resultado piezas de delicada belleza y originalidad.
Organizada de forma cronológica, la muestra repasa desde sus primeros trabajos y estudios de diseños textiles en la década de los años 20 en su Alemania natal hasta los últimos a finales de los años 80 en Estados Unidos.
El comisario de la muestra, el especialista en arte del Guggenheim Bilbao Manuel Cirauqui, incidió en la obra titulada "Epitafio", realizada en lino, plástico, lana y algodón en 1968 y que se trata de la última pieza realizada por las manos de la propia artista a modo de colofón de su carrera como tejedora con 69 años.
A partir de aquí, la artista alemana proseguiría su carrera profesional orientándola hacia el grabado, de menor exigencia física para su edad que el manejo del telar, disciplina en la que produjo obras de gran belleza abstracta.