La campaña por la reelección de Merkel adopta tonos épicos en el mitin en la ciudad de Torgau

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Torgau (Alemania), 6 sep (EFE/EPA).- (Imagen: Filip Singer) La campaña por la reelección de la canciller alemana, Angela Merkel, adoptó hoy tonos épicos en el mitin en la ciudad de Torgau (este del país), entre copiosos chubascos y los atronadores abucheos de manifestantes ultraderechistas contra la acogida de refugiados.

Empuñando un paraguas negro y envuelta en un grueso impermeable, a la líder conservadora le correspondió avanzar hasta el escenario de la plaza del ayuntamiento entre un concierto de bocinazos y gritos de "Hau ab" ("Vete") y los mucho menos audibles saludos de bienvenida de algunos centenares de seguidores que acudieron al acto.

Impertérrita, pero rodeada de rostros preocupados de las autoridades locales y del dispositivo de seguridad, Merkel abrió su discurso recordando la cita que acababa de mantener, en Berlín, con opositores venezolanos: "en Alemania, por suerte, disfrutamos de una democracia y elecciones libres".

Recordó tanto a las víctimas de los atentados de Cataluña, del pasado 17 de agosto, y París como al pequeño Aylan, el niño sirio muerto hace dos años en una playa turca, y que se ha convertido en una especie de símbolo del drama migratorio.

También aludió al bienestar del que disfrutan los alemanes y a los logros en la lucha contra el desempleo, también en el este del país, aunque el paro sigue superando con creces al del oeste de Alemania, para despedirse, tras media hora larga de discurso, pidiendo el voto para su Unión Cristianodemócrata (CDU).

"No den por decidida la elección. No podemos regalar ni un voto. Si quieren que siga siendo su canciller otros cuatro años, denme su confianza el 24 de septiembre", dijo a sus seguidores, enfundados en ponchos de plástico que habían repartido sus voluntarios, también a los periodistas que seguían el mitin bajo el chaparrón.

La atención de los medios se dividía entre el rostro sosegado de Merkel, quien el día anterior recibió sin inmutarse las salpicaduras de un par de tomates lanzados desde el público en Heidelberg (sur), y los centenares de manifestantes de la ultraderechista Alternativa para Alemania y del hermanado movimiento de los "Identitarios".

Torgau, una hermosa ciudad sajona de 20.000 habitantes, a 150 kilómetros de Berlín, era el punto elegido hoy para el mitin de la CDU en ese "Land" del este de alemán, con capital en Dresde, cuna del movimiento islamófobo Pegida.

El centro de la ciudad estaba protegido por un poderoso dispositivo policial, en medio del clima de alarma general antiterrorista que rige en todo el país y el miedo a altercados.

En una calle adyacente a la plaza mayor, la Schlosstrasse, se había organizado ya dos horas antes del inicio del mitin la "resistencia"a la canciller, incluido el reparto de carteles hostiles.

Ciudadanos con la camiseta del "Spektrum Aufrechter Demokraten" ("Espectro de los Demócratas Reales"), mezclados con seguidores de AfD, recibieron a Merkel con abucheos similares a los que la h