Caso Bankia: Muere Miguel Blesa de un disparo en el pecho
- hace 7 años
Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, ha sido encontrado muerto con un disparo en el pecho de su propia escopeta en una finca de Córdoba, en el municipio de Villanueva del Rey.
La Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación, estudia la posibilidad de que se trate de un suicidio, aunque de momento no se descarta que pueda haber sido un accidente.
Blesa, de 69 años, estaba implicado en varias causas judiciales y fue condenado a seis años de cárcel por el caso de las tarjetas opacas de la caja, que en su caso, cargó con gastos personales por valor de unos 436.700 euros.
Una práctica que siguió manteniendo su sucesor, Rodrigo Rato también condenado por este tema, ya bajo el nombre de Bankia.
La sentencia no era firme y Blesa, que había recurrido ante el Tribunal Supremo, enfrentaba una batalla judicial desde hace años.
Además, el banquero tenía otra causa pendiente por sobresueldos presuntamente irregulares y también fue imputado por la comercialización indiscriminada de las preferentes de Caja Madrid, productos de alto riesgo que fueron vendidos a miles de clientes sin conocimientos financieros.
En el caso de las tarjetas B, con las que se gastaron más de 15 millones en gastos personales, estaban implicados casi todos los partidos y sindicatos de la Comunidad de Madrid, especialmente el Partido Popular. La entidad tuvo finalmente que ser intervenida por el Estado español.
La Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación, estudia la posibilidad de que se trate de un suicidio, aunque de momento no se descarta que pueda haber sido un accidente.
Blesa, de 69 años, estaba implicado en varias causas judiciales y fue condenado a seis años de cárcel por el caso de las tarjetas opacas de la caja, que en su caso, cargó con gastos personales por valor de unos 436.700 euros.
Una práctica que siguió manteniendo su sucesor, Rodrigo Rato también condenado por este tema, ya bajo el nombre de Bankia.
La sentencia no era firme y Blesa, que había recurrido ante el Tribunal Supremo, enfrentaba una batalla judicial desde hace años.
Además, el banquero tenía otra causa pendiente por sobresueldos presuntamente irregulares y también fue imputado por la comercialización indiscriminada de las preferentes de Caja Madrid, productos de alto riesgo que fueron vendidos a miles de clientes sin conocimientos financieros.
En el caso de las tarjetas B, con las que se gastaron más de 15 millones en gastos personales, estaban implicados casi todos los partidos y sindicatos de la Comunidad de Madrid, especialmente el Partido Popular. La entidad tuvo finalmente que ser intervenida por el Estado español.