Una de las causas nnás trascendentes y a su vez más frecuente de vasculitis secundarias la constituye sin duda el lupus eritematoso sistémico (LES). En efecto, estudios estadísticos consideran que la alteración vascular en esta colagenopatía puede llegar hasta un 5 0% de los casos de vasculitis secundarias y a su vez esta misma proporción constituye la incidencia de la vasculitis en el LES. La localización de las lesiones de los vasos no se limita -como podría plantearse en un análisis a priori-, a la piel y mucosas, sino que puede afectar a sectores viscerales como el corazón, sistema nervioso o ríñones, produciendo daños tisulares lógicamente graves, lo que hace muy importante su estudio para un amplio espectro de la clínica y de otras disciplinas médicas. Refiriéndonos a las lesiones cutáneas, éstas pueden abarcar un extenso abanico. En efecto, desde una mínima púrpura hasta una extensa gangrena de un miembro. Tampoco se limita la patología vascular al plano exclusivamente arterial, sino que como veremos más adelante puede haber también compromiso venoso.