Si bien en la actualidad son muchos quienes estiman tanto a los gatos que les llegan a dar un trato especial, esto difícilmente podrá superar el lugar que estos animales tenían en el Antiguo Egipto . Y es que no sólo se guardaba luto si el de una familia fallecía, sino además podía arriesgar pena de muerte quien llegara a matar uno. ¿Pero cuáles habrán sido las razones para que llegaran a considerarse sagrados? Gracias a la caza de pequeños roedores, los gatos permitían proteger los depósitos donde los egipcios guardaban sus cosechas, principalmente trigo. Además, la eliminación de las ratas también ayudaba a evitar ciertas enfermedades como la peste. Asimismo, también cazaban serpientes, logrando volver más seguros las casas y los alrededores que constituían como su territorio. Por otro lado, los egipcios también los ocuparon como ayudantes en actividades de caza, especialmente de aves, reemplazando a los perros. Escenas donde se retrataba esta situación quedaron registradas en murales, donde se aprecia que la función de los gatos era recoger los animales que ya habían sido abatidos por sus dueños, y depositarlos en la barca en la cual navegaban. La caza era uno de las actividades más populares en el Antiguo Egipto, especialmente entre los faraones y la nobleza. El nombre que este pueblo le daba a estos felinos, era “miou”. A pesar de que los gatos de hoy han perdido las características de sus antepasados egipcios, el abisinio es una raza que se cree es descendiente de los primeros, y que puede rememorarlos. Y más allá de explicaciones prácticas, el culto al gato, que data hacia el 2900 a.C, también tenía su correlato divino. Según la mitología, Ra, dios del sol, envió a la Tierra a su hija encarnada en Sekhmet, con el objetivo de castigarlos debido a su mal comportamiento. Ésta era una feroz leona que provocó la muerte de cientos de egipcios, por lo que Ra tuvo que idear un plan para apaciguarla.