En una suerte de furor de desarrollo a las puertas de la generación que estaba llamada a suceder a Megadrive, Sega concibió diversos proyectos que habrían de hacer de esa transición algo paulatino dando al usuario diferentes opciones entre las que elegir. A la postre, sólo un par fraguarían, y junto a Saturn el único sistema que vio la luz al amparo de la tecnología de 32 bits que ya tocaba a la puerta fue 32X, un add-on para Megadrive con el que sus usuarios podrían dar el salto al siguiente nivel sin necesidad de renunciar a una máquina que aún tenía mucho que decir.
Hoy recordamos su maltrecho dispositivo con un programa que repasa su concepción, desarrollo y lanzamiento, junto a algunos de sus títulos, tratando de hacer justicia a una consola nunca lo suficientemente valorada pero que atesoraba muchas más bondades de las que a menudo se le adjudican.