Más de 1200 personas han pasado la noche en lugares habilitados por la Protección Civil tras el terremoto que asoló ayer varias localidades del centro de Italia.

En Arquata del Tronto, una de la más afectadas, los supervivientes no han querido alejarse de su pueblo mientras continúan las tareas de búsqueda de sus vecinos y familiares. Muchos habitantes prefieren quedarse a la intemperie o dormir en el interior de sus vehículos por miedo a nuevas réplicas.

“Estamos acostumbrados a los terremotos en esta zona, tenemos uno cada siete u ocho años pero nunca habíamos experimentado uno tan fuerte, largo y terrible. En las sacudidas precedentes no hubo muertos, ahora, ni siquiera sabemos cuántos habrá”, explica Silvano Parla.

“Tuvimos mucho miedo, el seísmo duró mucho tiempo, por lo menos un minuto y medio, fue escalofriante”, confiesa Arturo Onesi.

Las tareas de búsqueda en las localidades más afectadas, Arquata del Tronto y Pescara del Tronto, ambas en la provincia de Ascoli, y en Amatrice y Accumoli (en la provincia de Rieti), concluirán “sólo cuando se crea que no se pueden localizar a más personas” bajo los escombros, según ha dicho el portavoz de Protección Civil.