Los musulmanes pakistaníes apuran sus compras para Ramadán

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Peshawar (Pakistán), 5 jun (EFE/EPA).- (Imagen: Arshad Arbab) El mes sagrado musulmán de Ramadán, que comienza entre mañana lunes y el martes, trastoca la vida de 1.700 millones de personas que profesan el islam en el mundo y suponen un 22 % de la población global.

Las horas de abstinencia entre el alba y el ocaso -en las que no se puede comer, beber ni fumar- obligan a adaptar durante todo un mes horarios de trabajo, cambiar fechas de exámenes, modificar citas profesionales, y sobre todo alteran por completo el ritmo cotidiano de cada persona, concentrando en la noche todas las actividades.

En Ramadán se vive de noche, porque es en las horas nocturnas cuando los creyentes comen, se reúnen, van a la mezquita, vuelven a comer, ven la televisión y hasta celebran conferencias y reuniones de trabajo.

Resultado: son muchas las personas que duermen poco y mal (debido a las digestiones de comidas copiosas) durante el mes de Ramadán, y en Marruecos, por ejemplo, la Sociedad del sueño y la vigilancia ha lanzado una campaña para sensibilizar a los conductores para no tomar el volante si no han dormido sus ocho horas.

Ramadán es un mes de prosperidad para los comerciantes, y sobre todo los de alimentos, pero en el resto de sectores la productividad baja varios enteros, aunque no existan casi estudios al respecto, ya que supondrían cuestionar las bondades del mes sagrado.



IMÁGENES DE COMERCIOS EN PESHAWAR QUE VENDEN GORROS Y CUENTAS PARA REZAR DURANTE EL RAMADÁN.



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