La reciente publicación, por parte de Greenpeace Holanda, de documentos secretos del TTIP entre Europa y EE.UU., para garantizar el acceso masivo a esta información, ha facilitado el cumplimiento de un principio de transparencia innato a la democracia.

Los documentos filtrados, que están formados por 248 páginas y abarcan tres cuartas partes de los textos consolidados, han venido a reflejar el intento de ambas partes de anteponer los beneficios empresariales a los intereses de la ciudadanía.

El cuestionado el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, en inglés) amenaza con tener implicaciones a largo plazo para el entorno ambiental y la salud de los 800 millones de ciudadanos de la UE y Estados Unidos.

Tal como han venido exigiendo diversos expertos y organizaciones sociales es hora de que las negociaciones se detengan y de que comience el verdadero debate en el que se impliquen no sólo políticos y empresarios, sino especialmente la ciudadanía.

José Luis Urosa, abogado, sostiene que las negociaciones del TTIP son “el proceso de negociación más transparente. Hay documentos publicados por la UE en todos los ámbitos”.

Eurico Campano, periodista, se dice que si “hay un actor que es EE.UU. y 28 actores europeos. ¿Con quién tienes que hablar para hablar con Europa: Merkel, Hollande?”.

Javier Martínez, economista y analista político, denuncia con claridad: “Es la opacidad, es la confirmación de esta violación de todas las convenciones y pactos de derechos humanos que tenemos suscritos en la Unión Europea”.

Julio Barea, responsable de campaña de Greenpeace España, pide: “Queremos que se respeten las normas ambientales, sanitarias, etc. Todo lo que hemos ganado los europeos con estándares de vida más altos del mundo”.