Si hay una franquicia que supo hacer del sentido del humor su bandera como ninguna otra, ésa es sin duda Parodius. Con ella, Konami quiso rendir homenaje a un género en el que demostraron moverse como pez en el agua, parodiando (precisamente) al título que les había dado gloria como artífices del medio: Gradius.

No fue el único (os recomendamos echéis un ojo al fantástico y completísimo libro "Konami Shooters", fuente de información sobre todos los ejemplos que la antaño genial Konami sumó al género, y honesta inspiración para el presente capítulo de Memory Card), pero sin duda el más trascendente, y el que sirvió de excusa para concebir una saga que empezó casi como una broma, y que acabó por casi hacer sombra (casi, sólo casi) al título que pretendía caricaturizar.