Gianni Infantino rompe con el pasado. La nueva dirección de la Fifa ha acusado este miércoles a varios miembros de sus antiguos comités ejecutivos de vender sus votos para amañar las elecciones en las que se decidieron varias fases inales de la Copa del Mundo. Entre otras, están en entredicho la de 1998, que acogió Francia, o la de 2010, organizada por Sudáfrica, que pudo pagar hasta once millones de dólares por ese privilegio. En el centro de la polémica está de nuevo Sepp Blatter, presidente plenipotenciario de la Fifa durante todo ese oscuro periodo.

Pero la nueva Fifa no quiere sólo lavar el nombre de la organización, sino que también exige una compensación a los implicados. Para ello, aguarda a que la investigación del FBI determine cuántos millones expoliaron los antiguos dirigentes. La cifra puede rondar los 200 y la Fifa exigiría alrededor de 40.

Entre los cerebros de esa vasta red de corrupción se encuentran el expresidente de la Concacaf, Jack Warner, y Jeffrey Webb. Los