El 2 de mayo, Berlín cae en manos de los soviéticos después de una cruenta lucha. En ese instante comienza la búsqueda del “cadáver de Hitler”. Según el Dr. Hans Fritsche (dirigente de propaganda nazi) detenido por los soviéticos en Berlín, aseguraba que “…Hitler había muerto por las granadas soviéticas y que su cadáver quedó oculto en un lugar que será imposible de descubrir”. Hasta el 8 de mayo, la búsqueda del cadáver de Hitler parecía infructuosa, sin embargo, ese día se anunció que los soviéticos habían encontrado entre las ruinas de la Cancillería un cadáver que se consideraba era el de Hitler. Szabó señala que el comunicado británico desde el cual emanó esta información decía que: “Todos los sirvientes afirmaron que se trataba de su cuerpo, menos uno, que aseguró que el cadáver era de uno de los cocineros del Führer, quien había sido asesinado, creyéndose que era Hitler por su gran parecido (¿uno de sus dobles?). El mismo sirviente no vaciló en afirmar que según su creencia, Hitler había huido de Berlín”. El mayor soviético Deudor Pletonov comandante del sector de Berlín en el cual estaba la Cancillería y que condujo a las primeras tropas en entrar al edificio, dijo: “El cadáver no era el de Hitler. Era de un doble.”