China se ha adelantado al estreno mundial en las tiendas del nuevo smartphone de Apple, a su manera. El iPhone 6S no sale a la venta en el gigante asiático, al igual que en Estados Unidos y un puñado de países, hasta el viernes, pero en China ya circulan las falsificaciones.

En apariencia es casi igual, pero utiliza el sistema Android. Su máximo atractivo es que cuesta unos 82 euros, diez veces menos que el original.

“Creo que si algunas personas van cortas de dinero y quieren un 6S, tal vez se planteen comprarse uno falso. Después de todo, su aspecto es similar en un 99,9%. Pero yo no voy a comprarlo. Si apoyas los productos falsificados, significa que estás perjudicando a los reales”, señala Zheng Zhuang Jian, un joven chino.

“El logotipo de Apple atrae a la gente, sobre todo a los veinteañeros y treintañeros. Cuando ven una tienda que vende productos Apple, entran, incluso si no son productos auténticos. Piensan que comprar uno pirata o renovarlo no está mal”, dice Mark Li.