Los adolescentes, de entre 15 y 17 años, no tienen antecedentes judiciales y son originarios de la región donde se han producido los hechos, Sarre-Union, en el noreste del país. Según uno de los jóvenes, que se entregó voluntariamente a la policía, pensaban que el cementerio estaba abandonado.

El presidente francés, François Hollande, se desplazó hasta la zona:

“No podemos tolerar actos antisemitas en nuestro país. No consentiremos nada de esto. Y lo sucedido no quedará sin respuesta”.

“Es mejor matar piedras que a seres humanos, pero matar piedras es una forma de echar a los vivos, una forma de decir que este no es su sitio”, dijo Jacques Wolff, representante de la comunidad judía de Sarre-Union.

Los adolescentes dañaron 250 tumbas, destruyendo principalmente las lápidas y también abrieron algunos panteones.

Los habitantes de esta pequeña localidad están consternados e indignados por lo ocurrido en este cementerio que data del siglo XVIII.