Las lluvias torrenciales que han caído sobre la isla de Java han destrozado más de cien casas y obligado a desalojar cientos más.

Las autoridades locales han desplegado doscientos operarios y quinientos voluntarios para buscar a los 96 desaparecidos. El problema es que la fisonomía del terreno es bastante complicada, lo que dificulta el acceso de las grandes máquinas para limpiar la zona.

La aldea de Jemblung, en el centro de la isla, ha sido la más afectada. Además, el corrimiento de tierra ha dañado las vías de evacuación, lo que complica el trabajo del personal de emergencia.

Cada año en Indonesia, la temporada de lluvias provoca este tipo de catástrofes, agravadas por grandes inundaciones. Se estima que unos 125 millones de habitantes viven en zonas de alto riesgo.