¿Quién sucederá a Catherine Ashton y Herman Van Rompuy?

  • hace 10 años
¿Quién va a suceder a la jefa de la diplomacia europea y al presidente del Consejo Europeo?. Esa es la pregunta que ronda por los pasillos de las instituciones europeas. Catherine Ashton y Herman Van Rompuy terminan su mandato a finales de octubre y hay quinielas de todo tipo.

Una de las mujeres favoritas para suceder a Ashton es la búlgara Kristalina Georgieva, actual comisaria europea de Ayuda Humanitaria. Muy respetada en Bruselas por su compromiso, por su trabajo y por su neutralidad política.

A pesar de eso la primera en el puesto, según las previsiones, es la italiana Federica Mogherini, que lleva cinco meses al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia. Fuentes diplomáticas dicen que tiene poca experiencia. Y esta es la opinión de Christophe Garache, redactor jefe de Europolitics: “Es joven, tiene 41 años y es suficientemente competente. Conoce bien sus temas. Matteo Renzi es el gran ganador de las elecciones europeas y lo ha hecho saber muy bien a sus colegas europeos. No iba a dejar que le quitaran uno de los mejores puestos. Mogherini tenía que situarse, naturalmente, en primera fila”.

El otro sillón libre es el de la presidencia del Consejo Europeo. En teoría, la sucesión de Herman Van Rompuy está en la agenda de esta cumbre pero es posible que se retrase hasta después del verano si los 28 no consiguen ponerse de acuerdo. Y por eso hay más nombres en esta lista. La primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, es una de las candidatas que más suena, aunque su país no forma parte de la zona euro. Christophe Garache nos recuerda el perfil más buscado: “Tiene que ser un secretario general, alguien bastante discreto, eficaz, que reflexione y sobre todo que no tome posición públicamente. Alguien que prepare los trabajos del Consejo con discrección, que busque compromisos. Ese es el tipo de persona que tienen que encontrar”.

Y también hará falta que sea compatible con el Reino Unido, para compesar la humillante derrota que sufrió el primer ministro británico, David Cameron, que se opuso firmente a la elección de Junker para presidir la Comisión Europea.

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