"La joven de la perla" de Vermeer vuelve a casa
- hace 10 años
Tras dos años de reformas y casi 30 millones de euros, el Museo Mauritshuis de La Haya ha reabierto sus puertas.
La pintura más famosa de su colección, “La joven de la perla”, de Johannes Vermeer también vuelve a brillar en una de sus salas. “La joven de la perla” ha sido expuesta en estos últimos 24 meses en Italia, Japón y Estados Unidos.
“La joven de la perla”, conocida como “la Mona Lisa del Norte”, es la pintura más simbólica de este museo, nadie puede decir lo contrario. Es famosa en todo el mundo y ha sido una muy buena embajadora durante la gira que ha hecho. La gente suele venir a verla pero después se queda para conocer el resto del museo”, explica su directora, Emilie Gordenker.
Pero “La joven de la perla” no ha viajado sola durante los dos últimos años sino acompañada de otras obras importantes del Siglo de Oro holandés que forman parte de la colección del museo. Hoy todas vuelven a ocupar las paredes de la renovada pinacoteca.
“Las pinturas del Siglo de Oro son muy accesibles, no son cuadros enormes, además, las historias que representan siguen siendo importantes hoy en día. Cuando uno observa esos cuadros, esas historias, puede llegar a reconocerse o a reconocer su entorno. Observar estas obras es una experiencia fantástica”, asegura Gordenker.
El Museo Mauritshuis es uno de los ejemplos de arquitectura clásica holandesa. Construído en el siglo XVII, fue comprado por el Estado holandés en 1820. Dos años después abría sus puertas convertido en pinacoteca.
La pintura más famosa de su colección, “La joven de la perla”, de Johannes Vermeer también vuelve a brillar en una de sus salas. “La joven de la perla” ha sido expuesta en estos últimos 24 meses en Italia, Japón y Estados Unidos.
“La joven de la perla”, conocida como “la Mona Lisa del Norte”, es la pintura más simbólica de este museo, nadie puede decir lo contrario. Es famosa en todo el mundo y ha sido una muy buena embajadora durante la gira que ha hecho. La gente suele venir a verla pero después se queda para conocer el resto del museo”, explica su directora, Emilie Gordenker.
Pero “La joven de la perla” no ha viajado sola durante los dos últimos años sino acompañada de otras obras importantes del Siglo de Oro holandés que forman parte de la colección del museo. Hoy todas vuelven a ocupar las paredes de la renovada pinacoteca.
“Las pinturas del Siglo de Oro son muy accesibles, no son cuadros enormes, además, las historias que representan siguen siendo importantes hoy en día. Cuando uno observa esos cuadros, esas historias, puede llegar a reconocerse o a reconocer su entorno. Observar estas obras es una experiencia fantástica”, asegura Gordenker.
El Museo Mauritshuis es uno de los ejemplos de arquitectura clásica holandesa. Construído en el siglo XVII, fue comprado por el Estado holandés en 1820. Dos años después abría sus puertas convertido en pinacoteca.